El analista económico global líder Dane Chamorro, socio de Control Risks, director de Análisis de Riesgo Global e Inteligencia de Negocios para las Américas, compartió sus ideas sobre el cambiante panorama global en su presentación. Panorama geopolítico y su impacto, entregado en el Conferencia de predicciones CEIR 2024 Se celebró los días 12 y 13 de septiembre.
Chamorro destacó que estamos entrando en una era marcada por una mayor complejidad y relaciones matizadas entre las naciones. Echemos un vistazo integral a las tendencias y predicciones clave que, según señaló, están configurando actualmente nuestro mundo.
El fin del mundo unipolar
Uno de los cambios más significativos que se destacan es la transición de un mundo unipolar dominado por Estados Unidos (1990-2015) a lo que Chamorro describe como un mundo “multicapa”. No se trata simplemente de múltiples potencias que compiten por la influencia, sino de una compleja red de relaciones e intereses que a veces parecen contradictorios.
Turquía ejemplifica esta nueva complejidad de múltiples capas en las relaciones globales. Como segunda fuerza militar en importancia de la OTAN, Turquía mantiene una cooperación militar significativa con los aliados occidentales, demostrada a través de su suministro de drones a Ucrania. Sin embargo, al mismo tiempo, el país se ha convertido en un refugio crucial para las empresas rusas, lo que crea una interesante dicotomía en sus relaciones internacionales. Para añadir otra capa de complejidad, Turquía sirve como centro bancario de Hamás mientras mantiene una democracia autoritaria que intenta equilibrar los intereses seculares y religiosos. Esta intrincada red de relaciones aparentemente contradictorias ilustra perfectamente la naturaleza matizada de la política global moderna.
Potencias económicas en ascenso
El ascenso de la India
La transformación económica de la India ha sido notable en la última década, pasando de ser la décima a ser la quinta economía más grande del mundo. Las proyecciones económicas sugieren un futuro aún más impresionante, ya que la India está en camino de convertirse en la tercera economía más grande del mundo en 2030. El país ha alcanzado un hito económico crucial con su PIB per cápita de $4.500, un umbral que históricamente marca una transformación significativa en el comportamiento del consumidor. En este nivel de ingresos, los ciudadanos suelen comenzar a comprar bienes duraderos como motocicletas, refrigeradores y viviendas, lo que representa un cambio fundamental en los patrones de consumo.
Sin embargo, el panorama económico de la India presenta desafíos y complejidades importantes. A pesar de sus avances tecnológicos, la mitad de la población del país sigue dependiendo de la agricultura, lo que hace que la economía sea vulnerable a los patrones climáticos y las temporadas de monzones. La economía formal excluye a aproximadamente la mitad de la población debido al analfabetismo, lo que crea una barrera significativa para la participación económica plena. Si bien empresas globales como Apple están trasladando parte de su producción de China a la India, estas transiciones de manufactura representan solo una pequeña fracción de los totales de producción global, lo que indica que el camino hacia el dominio de la industria manufacturera sigue siendo largo y desafiante.
El auge de los “mercados de conectores”
En respuesta a los cambios en las cadenas de suministro globales que se alejan de China, ha surgido una nueva categoría de países económicamente importantes. Estos “mercados conectores” –entre ellos México, Polonia, Marruecos, Vietnam e Indonesia– están adquiriendo cada vez mayor importancia en el comercio y la manufactura globales. Cada uno de estos países aporta ventajas únicas a la cadena de suministro global, aunque sus historias de éxito varían. México, por ejemplo, se ha beneficiado significativamente de su proximidad a los Estados Unidos, y ha tenido éxito en gran medida gracias a ventajas geográficas más que a decisiones políticas favorables. Estos mercados representan una reestructuración fundamental de las cadenas de suministro globales y ofrecen nuevas oportunidades para los negocios y la inversión internacionales.
Desafíos y riesgos globales
Impacto del cambio climático
Chamorro presentó una visión integral de los desafíos relacionados con el clima en diferentes marcos temporales. A corto plazo, estamos presenciando un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos que ocurren en lugares inesperados, alterando los patrones climáticos tradicionales y las operaciones comerciales. Los desafíos a mediano plazo se centran en la evolución de los requisitos de políticas y el cumplimiento normativo, a medida que los gobiernos de todo el mundo implementan nuevas regulaciones ambientales. Las implicaciones a largo plazo son quizás las más profundas, y plantean preguntas fundamentales sobre dónde las personas pueden vivir y trabajar. Las compañías de seguros ya están limitando la cobertura en áreas vulnerables, mientras que las temperaturas extremas están desafiando la viabilidad del lugar de trabajo en ciertas regiones. Estos acontecimientos están obligando a las empresas y las comunidades a reconsiderar su planificación a largo plazo y sus estrategias de gestión de riesgos.
Riesgos de pandemia
La amenaza constante de pandemias sigue siendo una preocupación importante en nuestro mundo interconectado. La invasión ambiental ha aumentado la frecuencia de transmisión de enfermedades entre especies, creando nuevas vías para las mutaciones y la propagación del virus. Si bien la tasa de mortalidad global de COVID-19 promedió alrededor de 1%, Chamorro destacó el potencial más alarmante de enfermedades como la gripe aviar, que ha mostrado tasas de mortalidad tan altas como 50% en casos de transmisión directa. La intersección continua de la expansión humana y los hábitats de la vida silvestre crea nuevos vectores de riesgo que podrían conducir a brotes de enfermedades más graves en el futuro.
Seguridad digital
La aparición de la inteligencia artificial ha transformado radicalmente el panorama de la seguridad digital. Los actores maliciosos ahora pueden procesar y explotar grandes conjuntos de datos con mayor eficacia que nunca, lo que crea nuevas vulnerabilidades en sistemas que antes eran seguros. Chamorro destacó que la integridad de los datos, en lugar del mero acceso, se ha convertido en una preocupación crítica. La posibilidad de manipulación sutil de los datos financieros presenta riesgos sistémicos que podrían socavar la confianza en las instituciones y los mercados financieros. Este cambio en la naturaleza de las amenazas digitales requiere un nuevo enfoque de la ciberseguridad y la gestión de riesgos.
Cambios en la política mundial
La política industrial se ha convertido en un fenómeno global, en el que las naciones de todo el mundo están poniendo en marcha iniciativas económicas estratégicas. La Ley CHIPS de Estados Unidos y la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) son ejemplos de esta tendencia, y en otros países están surgiendo iniciativas similares. Sin embargo, estos beneficios pueden retirarse o modificarse en función de las relaciones geopolíticas cambiantes, lo que crea una nueva capa de complejidad en las relaciones comerciales internacionales.
Pensando en el futuro
Chamorro identificó varias áreas críticas que requieren atención y vigilancia constantes. El terrorismo, en particular en forma de ataques de “lobos solitarios”, muestra signos de resurgimiento. La Unión Europea enfrenta una posible disfunción en sus procesos de toma de decisiones, que podría afectar el comercio mundial y la estabilidad económica. Los riesgos de pandemia, especialmente de variantes como la gripe aviar, siguen amenazando los sistemas económicos y de salud mundiales. Tal vez el mayor desafío sea la necesidad de gestionar múltiples crisis simultáneas, lo que requiere nuevos enfoques de gestión de riesgos y planificación estratégica.
La conclusión clave es que, si bien el mundo no es necesariamente más peligroso que antes, se ha vuelto significativamente más complejo y lleno de matices. Para tener éxito en este entorno se requiere una comprensión sofisticada de la naturaleza interconectada de los desafíos globales, junto con un seguimiento continuo de los indicadores clave. Las organizaciones deben mantener el cumplimiento normativo en múltiples jurisdicciones y, al mismo tiempo, desarrollar la capacidad de reconocer las señales de alerta tempranas de los riesgos emergentes. Si bien estos desafíos pueden parecer abrumadores, también presentan oportunidades para las organizaciones que pueden navegar eficazmente en este nuevo panorama. La clave no está en predecir todos los resultados posibles, sino en desarrollar la capacidad de comprender y responder a un entorno global cada vez más complejo.